Beneficios de la posidonia oceánica

Beneficios de la posidonia oceánica

Hasta ahora, son muchos los que no sabían de la existencia de la posidonia oceánica. Perteneciente a la familia Posidoniaceae, suele ser confundida por su semejanza a las algas, pero lo cierto es que se trata de una planta acuática, presente en las aguas del Mediterráneo y que debe su nombre al dios del mar, Poseidón.

Compuesto por rizomas, la posidonia tiene largas hojas que crecen en forma vertical y horizontal con un color verde brillante e intenso que acaba adquiriendo, con el paso del tiempo, un tono marrón.

Lo cierto es que forma una especie de pradera submarina que protege la costa de las erosiones. Además, sirve como “hogar” para cientos de organismos animales y vegetales que viven en su interior y se nutren de ella para sobrevivir.

Algunos de los organismos marinos que allí habitan son esponjas, estrellas de mar, moluscos, caballitos de mar u otros como lubinas o pejeverdes, entre otros.

Buen escudo protector

La posidonia es una especie que sólo se encuentra en las cálidas aguas del Mediterráneo, en una profundidad aproximada de 30 metros y soportando temperaturas de hasta 28º centígrados. 

Su floración tiene lugar durante la época de otoño y da lugar a un curioso fruto, redondeado y muy carnoso, conocido como “aceituna o fibra de mar”.

Además, su semilla contiene un pericarpio poroso que le permite flotar y, consecuentemente, acabar en la orilla de las playas, clavado en la arena.De hecho, es desde abril a junio los meses donde más posibilidades hay de encontrar estos frutos en las playas de la costa mediterránea, que, aunque puedan simular una especie de “pelotas” fibrosas, tan sólo son restos de la posidonia. 

En 1999 fue declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad por su valor y múltiples beneficios para el medioambiente, como la determinación de la calidad del agua, ya que esta especie sólo crece en aguas libres de contaminación y bien oxigenadas. 

¿Por qué está desapareciendo?

Considerado uno de los ecosistemas más amenazados del planeta, la posidonia oceánica está desapareciendo poco a poco y ya ha perdido más de una cuarta parte de su extensión debido a causas medioambientales y mecánicas del ser humano. 

Actividades como la pesca ilegal de arrastre, los vertidos, los restos de la acuicultura, el fondeo libre intensivo e incluso algunos deportes acuáticos están impidiendo su correcto crecimiento y deterioro de sus fronteras. 

Como consecuencia, se produce una pérdida de la biodiversidad y un deterioro del agua, dando lugar a áreas marinas despobladas. Actualmente, las posidonias están protegidas por la Directiva Hábitat de la Unión Europea y la legislación europea, pero su destrucción a largo plazo es casi inminente.