El magnate Australiano Clive Palmer ha encargado a la naviera Taiwasena CSC Jinling la construcción de una réplica exacta del famoso Titanic, para ser utilizado de la misma forma que su antiguo predecesor. Incluso el viaje inaugural será el mismo en 2016 cuando sea botado y bautizado de forma oficial. Hace unos días se sabía que la nueva empresa del australiano ya tiene vendidas todas las plazas y el éxito del proyecto parece asegurado.
Tal exacta será la réplica, que incluso en su viaje inaugural existirán, como en 1912, plazas y zonas para viajeros de 1º, de 2º y de 3º, separados entre sí. ¡Eso sí esperemos que SOLAS marque la diferencia en este caso y existan balsas salvavidas para todos!.
El barco iniciará su primera singladura en Southampton para llegar a Nueva York con 2.600 pasajeros alojados en sus 850 camarotes y atendidos por 900 tripulantes. La construcción del barco de 269 metros de longitud supera en 3 simbólicas pulgadas a su predecesor y tendrá además de todos los avances técnicos de la época en que vivimos todas las comodidades que entonces no existían como el aire acondicionado, Internet, y espacios de ocio multimedia, aunque eso sí, en honor a la fidelidad histórica no existirán televisores.
Con este proyecto se reconstruirá la experiencia original (sin hundimiento) para lo cual se entregará a cada pasajero un traje cortado al estilo de principios de siglo que se deberá utilizar.
Diferencias sutiles pero significativas
De golpe y porrazo parece el hermano gemelo del famoso transatlántico, pero el gabine de diseño naval finlandés Deltamarin, ha dotado al nuevo barco de una carena tan eficiente como las que se emplean actualmente en este tipo de buques, y aplicando las modificaciones necesarias para que cumpla todas las normas de seguridad marítimas internacionales, especialmente en lo que concierne a las reglamentaciones de salvamento y seguridad.
La cubierta es algo más elevada, y la popa ha sido significativamente modificada conservando las líneas originales sobre flotación pero siendo modificada la forma bajo el agua pues desaparecen el timón y las tres hélices a favor de tres modernos “pods” eléctricos en un sistema de propulsión tipo diesel/eléctrico.
La eslora es prácticamente la misma, si bien la manga ha aumentado en 4 metros hasta los 32,5 metros, lo que ha permitido mejorar sensiblemente su estabilidad e integrar espacios públicos más cómodos que los originales y ampliados por un casino y un teatro. Los restaurantes, las cabinas y suites, así como sus salones e incluso su famosa gran escalera y baños turcos son fieles réplicas del barco original.
¿Por fin el Titanic podrá navegar en aguas de NY?