Tener un barco de pesca con un vivero a bordo tiene muchas ventajas, tanto para meter cebos vivos como para mantener las capturas frescas. A diferencia de tener un cubo o tanque con agua en el que meter el pescado, un vivero integrado en el barco tiene dos ventajas principales:
- Los viveros a bordo llevan un sistema que automáticamente renueva el agua del recipiente tomándola directamente del mar, manteniendo la oxigenación, la temperatura y limpieza de la misma. Por tanto, si se captura pescado vivo, llegará a puerto en las mejores condiciones posibles: como si acabara de ser capturado hace unos segundos. Si está pescando con cebo vivo, entonces el vivero es un requisito indispensable.
- Tener un vivero integrado en la embarcación deja la cubierta despejada para centrarse en el arte de la pesca y no estar tan pendientes de no tropezar con enormes cubos o tanques repletos de agua. A todos nos ha pasado alguna vez: tropezar con el el cubo y que todas las capturas y el agua se derramen por todo el barco, es un infierno arreglar ese desastre.
Pero, ¿cómo debe ser un buen vivero a bordo?:
- Un flujo de agua constante y a la velocidad adecuada. Los peces respiran capturando el oxígeno disuelto en el agua, por eso necesitan que el agua circule por sus branquias. El agua de un vivero debe renovarse continuamente, tomándola del mar, de forma que se mantenga el nivel de oxigenación y se eliminen desechos orgánicos. El bombeo de agua crea una corriente que mantiene a los peces nadando, sin embargo esa corriente no debe ser fuerte porque los terminaría extenuando.
- Esquinas redondeadas: como es natural, los peces tienden a nadar y toparse con esquinas no les ayuda. Las esquinas redondeadas también ayudan a que el flujo de agua sea más natural dentro del recipiente.
- Una o varias entradas de agua. Dependiendo del tamaño del vivero, es posible que con una sola entrada de agua no se genere la corriente necesaria para renovar todo el líquido del recipiente, sobre todo cuando está lleno de peces. En estos casos es conveniente que tenga múltiples entradas repartidas, para cubrir todos los niveles.
- El color interior. Al parecer, el color de las paredes hace reaccionar a los pesces. Así, según algunos estudios, un color azul celeste y que entre algo de luz los mantendrá más relajados que en una caja color blanco nuclear.
- Drenaje anti desbordamiento. El rebosadero es una medida de seguridad para evitar que la cubierta se llene de agua si hay alguna obstrucción en la evacuación de agua. Algunos depósitos tienen una tubería que expulsa el exceso por la borda, mientras que otros tienen la salida integrada en la estructura, solución mucho más cómoda y estética.
- Con escotilla. Es algo básico, es necesaria para evitar que el agua salpique la cubierta y algún tripulante pueda resbalar. También es muy efectiva para evitar que las gabiotas hagan su agosto a costa de nuestra carnada viva o nuestras capturas.
Este tipo de equipamientos, que se pueden encontrar en barcos de pesca como el Trophy 2302 WA, facilitan la vida de los amantes de la pesca.
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11 years, 1 mes atrás