La brújula como símbolo de orientación

La brújula como símbolo de orientación

Es muy común escuchar eso de que nunca debemos perder el norte. Hoy en día existen numerosas opciones en cuanto a técnicas de orientación se refiere, pero lo cierto es que un objeto tan simple como la brújula puede ayudarnos en un momento en el que estemos hayamos perdido el rumbo de nuestra travesía.

La brújula llega a Europa en el siglo XII con el objetivo de definir direcciones horizontales y orientar a los navegantes, facilitando un punto de referencia.

En un primer momento se pensaba que era cosa de la  brujería (de ahí su nombre), pero pronto se definió como un objeto con cuatro puntos cardinales bastante útil, ya que era capaz de indicar en todo momento dónde estaba el norte.

Ayuda a la visibilidad

Son algunas las ocasiones en las que nuestra navegación se ve interrumpida por fenómenos atmosféricos tan peligrosos y molestos como la niebla, que reducen consideradamente la visibilidad y dificultan la navegación.

Para estos casos, la brújula es un gran aliado que puede guiarnos hacia nuestro destino. Para ello, tan sólo hay que colocar dicho objeto en posición horizontal sobre una superficie plana y dejar que la pequeña aguja en su interior se coloque hacia el norte magnético.

Por su parte, los expertos en la materia recomiendan combinar la brújula con un mapa, dando como resultado una travesía rudimentaria pero garantizando los estándares de seguridad, cuando hablamos de orientación.  De esta forma, podemos tener bajo control dónde nos encontramos, cuánto queda para llegar al destino e incluso saber si nos vamos a encontrar con obstáculos como vegetación o construcciones.

GPS? Un plus de seguridad

Estar equipado con los dos objetos anteriormente nombrados es más que suficiente para que podamos salir a surcar las aguas. Sin embargo, lo extra nunca está de más y menos cuando hablamos de seguridad en la navegación.

Un jemplo de ello puede ser el uso del GPS, que podría incluirse dentro de esta lista, ya que puede ser útil cuando sea de noche, por ejemplo. En este caso, nos dejaría seguir controlando nuestra posición a pesar de no tener luz solar.

Es importante tener en cuenta que ésta última opción no debe ser la única. Hablamos de un aparato electrónico que, como tal, puede quedarse sin pilas o bloquearse . Si sólo dispusieramos de él y dejara de funcionar, nos quedaríamos a la deriva y, nunca mejor dicho, sin rumbo.