Un Nautilus hecho de materiales reciclados que surca las aguas de Arico, en Tenerife. Este peculiar barco ha sido la creación de una familia muy comprometida.
Esta embarcación, que de hecho flota perfectamente, está compuesta por 65 garrafas de agua de 8 litros de capacidad dispuestas estratégicamente. Los envases fueron unidos por una red de pesca de unos 4 metros encontrada en la costa; y para estabilizar la estructura, se usó un trozo de madera arrojado por la marea. Para completar el conjunto, usaron una vieja tabla de surf infantil sacada del vertedero, que funciona como asiento.
Un viejo remo de kayak ayuda a impulsar la embarcación y a maniobrar. Como se ve en las fotos, aguanta perfectamente el peso de varios tripulantes. Según los propios creadores, “incluso con olas de 3 metros no se vuelca”.
Ésta es una iniciativa de Atellier Barranco, el equipo creativo formado por Sabine, Antonio, Jaqueline y Finja, que combinan reciclaje, arte y diseño, todo salido del barranco y de sus creativas mentes. Tal como ellos mismos dicen, “¡todo es basura! Es impresionante la cantidad de cosas que tiramos todos los días, y aún mas increíble es muchas de ellas terminan en el medioambiente”. Ante esta realidad, se han puesto manos a la obra para dar un nuevo uso a neumáticos, pallets y escombros que encuentran en
la costa. Hasta ellos mismos se sorprenden muchas veces de lo que consiguen al final.
Esta barco familiar ha sido recopilado, junto con otras obras también basadas en materiales reciclados, por el proyecto We Up Cycle, para concienciar y difundir este tipo de acciones.
Sin duda, un acto creativo y comprometido. ¿Te imaginabas encontrar en Tenerife un barco así?
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